Oraciones e Himnos de San Francisco de Asís

Bezunartea Salcedo, Jesús Mari

Oraciones e Himnos de San Francisco de Asís Formato impreso

Colección: ESPIRITUALIDAD
ISBN:978-84-85064-87-8
Código editorial:0205042
Edición:1

Páginas:167
Tamaño:128 x 210 mm

Precio sin IVA: 5,29 €

PVP: 5,50 €

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Los principales maestros de franciscanismo del siglo pasado han escrito sobre las oraciones de san Francisco y en conjunto sobre Francisco como maestro de oración, sin embargo, muchos de los lectores de temas franciscanos y admiradores de san Francisco, tanto en las tres Órdenes como en otros grupos eclesiales o simplemente laicos, no tienen la oportunidad ni la preparación para acceder a esos estudios.

Es por esta razón que, desde hace muchos años, quise estudiar personalmente los escritos que contienen oraciones e himnos y compartir mis reflexiones escritas. Querría decir que así como desde el principio de la Orden, surgieron un buen número de biografías sobre la persona de Francisco, así mismo creo que no podemos replegarnos en comentarios de carácter crítico académico sobre sus escritos, puesto que cada autor asume un punto de vista personal, que beneficia de distinta forma. Diría que, como en el campo de la medicina necesitamos estudiosos de laboratorio y especialistas en enfermedades y órganos específicos, también se necesitan los médicos de medicina general y los médicos de cabecera.

Por otra parte, sirva decir que se han hecho muchos más estudios sobre la dimensión orante y contemplativa de san Francisco que de santa Clara, siendo así que quien lleva la bandera de la contemplación en el carisma franciscano es la segunda Orden. Quizá la segunda Orden debe estudiar y dar a conocer mucho más el carisma contemplativo de Clara en su vida, escritos personales y biografías antiguas.

Comparto estas reflexiones que son, sobre todo, una ayuda para que el lector profundice personalmente la riqueza espiritual de estos escritos de san Francisco, sin ignorar lo más importante de lo que se ha escrito sobre el tema en las últimas décadas.

El espíritu de la escritura divina da vida a aquellos que no atribuyen al cuerpo la letra que saben o desean saber, por mucha que sea, sino que la devuelven, con la palabra y con el ejemplo, al altísimo Señor Dios, de quien es todo bien (Ad 7, 4).

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