Esteban de Adoáin. Memorias.
19,00 €
Presentación
El interés de las Memorias del Padre Esteban de Adoáin, que ahora ven la luz de la historia conocida, no reside en la belleza de las formas literarias, ni siquiera en la importancia histórica del personaje que las escribió: un misionero para quien el sentido de su vida se cifraba en la predicación profética de la palabra de Dios y en la conversión de las almas.
Las memorias del P. Esteban son en realidad un "diario de campaña", en el que el autor anotaba escuetamente, para recordar luego en la soledad de su celda, las campañas misionales predicadas en los distintos países americanos (Venezuela, Cuba, Guatemala, El Salvador), y al final en Francia y España, entre 1842 y 1880.
Al hilo de sus anotaciones se pueden espigar numerosas noticias, auténticas perlas, sobre la situación política, social y religiosa de aquellas repúblicas americanas que despertaban entonces a la independencia, repitiendo el esquema europeo de la lucha antagónica entre el liberalismo anticlerical y el tradicionalismo identificado con el catolicismo. Aquí radica el interés de las Memorias.
Las noticias que aporta el P. Esteban, ese otro navarro univesal, son valiosas y ricas, sobre todo para la historia social y religiosa de aquellas jóvenes repúblicas, dimensiones que interesan mucho a la historiografía actual.
Las Memorias son, además, una percepción de la realidad proveniente si no de un protagonista de primera línea de la historia, sí de alguien que vivió y sufrió en propia carne el antagonismo y la violencia que se dio entre dos cosmovisiones: la liberal y la conservadora-católica.
Por otra parte se trata de la visión de un ecelsiástico español formado en la ideología y cultura católica ultraconservadora, que después de la supresión de las órdenes religiosas en España experimentó el exilio voluntario y el destierro obligado, y que conoció algo de la Europa de las revoluciones decimonónicas.
Pero todavía hay que señalar otro dato importante en el momento en que se publican estas Memorias; y es que esta edición fue preparada por el mayor especialista, autor de su última biografía, de la vida del P. Esteban: el P. Lázaro Iriarte (de Aspurz), fallecido el 10 de diciembre de 1997, cuando ya había transcrito, corregido y anotado dichas Memorias.
A él, habitante de otras regiones, coterráneo y ahora conciudadano del P. Esteban, vaya nuestro rendido agradecimiento por el tiempo empleado en un trabajo tan minucioso y bien logrado, donde se aprecia singularmente la pericia del historiador consumado.
Finalmente añadir que esta publicación coincide con la celebración del primer centenario de la restauración (31 de mayo de 1900) de la antigua provincia de Navarra-Cantabria, con el nombre de Navarra-Cantabria-Aragón, que incluye a los capuchinos de Navarra, País Vasco, Aragón y Rioja.
El P. Esteban, que pertenecía a dicha provincia, no vio esa realidad, pero la preparó con sus infatigables trabajos y desvelos. Él será siempre considerado entre los capuchinos de esta provincia plurisecular uno de sus hijos más eminentes, sobre todo por los dones de santidad y apostolado que Dios derramó copiosamente en él.
José Ángel Echeverría, OFMCap
Doctor en Historia de la Iglesia por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma